lunes, 12 de mayo de 2014

El rabo del gato

Érase una vez un gato llamado Rocky al que le daba miedo su cola. Durante el invierno, la primavera y el otoño no tenía problema, pero en verano que es cuando venían las moscas, su cola se movía y se asustaba mucho, él no sabia cómo ni quién la estaba moviendo.
Todos los días Rocky quedaba con su pandilla, ellos se dieron cuenta de su problema, decidieron ayudarle diciéndole que la cola era suya y que la movía él, pero no se lo creía, porque era muy cabezón, él decía que si fuese suya se daría cuenta de que la movía, entonces, empezó a hablar con su amigo.

- ¿Desde cuándo te pasa eso? preguntó su amigo Terry.
- Desde que era muy pequeño. Respondió Rocky.
- ¿Qué te pasó? dijo su amigo.
- Te voy a contar la historia. Contestó Rocky.

- Un día de verano por la noche, me fuí a dormir a mi cama y tuve un sueño, el sueño era que estaba en la playa con mi mejor amigo Willy, fuimos a bañarnos, vimos una cosa verde en el mar, nos metimos bajo agua para ver que era con unas gafas de bucear, ¡Vimos una gran serpiente, era una culebra!, cuando me iba a morder, mi cola le dió un coletazo y esta salió huyendo a toda velocidad.
- En ese momento me desperté del sueño y ví que tenía la cola en la cara, me dió un susto de muerte, me dí cuenta de que eso había causado aquella terrible pesadilla, desde aquel momento le tenía miedo a mi cola.

Terry le dió un consejo a Rocky, el consejo era que en vez de asustarse con su cola, que hiciera cosas con ella, que jugara con ella y que se divirtiera.
Más tarde, Rocky decidió hacerle caso y se le ocurrió, para no asustarse de ella, ponerle una máscara.
Rocky no paraba de reírse con la cara de su cola.
Los dos cazaron moscas, cantaron con las ranas...
Y se hizieron grandes amigos.
Al final agradeció a todos sus amigos de que le hubieran ayudado a superar su miedo.
Desde entonces vivió feliz con su cola y se lo pasaron genial.




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