lunes, 27 de enero de 2014

Un hámster que come pipas

Una noche por la mañana, antes de ir a dormir mi hámster que le encantan las pipas, me sacó de paseo junto con mi hermano pequeño de 70 años. Me puse ha hablar con mi hermano, pero el hámster nos interrumpió rápidamente diciendo: ¡Callad gilipollas! y dije, ¡un perro que habla! El hámster me metió una ostia que me cruzó la cara y como tenía sueño me desperté.                Creedlo que es mentira.





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